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Foto del escritorDaniela Ochoa Díaz

La justicia de Dios a través de los ojos de Nahúm (tercera parte)




CAPÍTULO 3


Recordemos que estamos viendo la justicia de Dios a través de Su CARÁCTER y porque El CUMPLE sus promesas.


Ahora veremos esa justicia porque Él CASTIGA.


Dios castigó a Nínive porque se lo merecía. La justicia de Dios nunca hace algo malo. Nunca podríamos decir que Nínive no merecía su castigo porque en este capítulo Dios mismo habla en contra de ella, en el vr. 7 por ejemplo “Quién se compadecerá de ella” Si Nínive no merecía el castigo seguramente muchos pueblos tendrían compasión por ver su destrucción, pero aquí y a lo largo del capítulo vemos que nadie lamentaría su caída, incluso termina diciendo que aplaudirán su destrucción porque eran viles y malvados.


En este capítulo 3 vemos un castigo justo de parte de Dios, describe la maldad de esta ciudad y lo que le espera es su justa retribución a esa maldad.


En el vr. 1 por ejemplo nos muestra que está llena de mentira y rapiña (robo con violencia), el 3 muestra lo que le espera “muertos sin fin”.


En el 5, poéticamente describe que su vergüenza y desnudez será mostrada a las naciones. ¿Creéis que los príncipes de Nínive pensaron alguna vez que serían destruidos? ¿Que nunca habría castigo por toda su maldad, hecha incluso en secreto?


¿No nos suena un poco actual? ¿Cuánta gente hay ahí fuera que se burla de Dios ya sea abierta o secretamente, muchos incluso lo niegan o rechazan su existencia y piensan que nunca rendirán cuentas delante de nadie? Pero como en Nínive su maldad llegó a su fin y fue castigada, así será algún día para todos aquellos que se burlan del Señor algún día hermanas su maldad trae su justo castigo y llegará a su fin, no pensemos siquiera por un momento que toda obra no vendrá a juicio, incluso las nuestras si bien no para destrucción porque Cristo ya pagó por nosotras, pero sí para recompensa como lo leemos por ejemplo en 2 Co. 5:10 que dice:


“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”


Si nosotras como creyentes debemos dar cuentas a Dios en ese día final, no me quiero imaginar lo que será para aquellos que lo rechazaron abiertamente.


Recordemos que Dios tuvo paciencia con Nínive al retrasar su castigo por casi 100 años.


No ardió en ira contra ella a la primera de cambio, no los destruyó en cuanto pecaron sino que mostró misericordia pero esa misericordia no dura para siempre, en el tiempo indicado Dios dijo: ¡Basta! y algún día en el futuro lo volverá a repetir y ya no habrá más misericordia de su parte para aquellos que lo rechazaron, por eso es tan importante estar a cuentas con Dios hoy y predicar el mensaje de compasión y amor de Cristo al mundo, no sea que pronto llegue el día en el que como Nínive fue castigada justamente, lo mismo suceda con este mundo y entonces será demasiado tarde y no importa en se apoyen.


Si vemos los vrs. 8, 9 y 12 nos damos cuenta que nadie pudo librar a los Asirios del poder de Dios por más que, a ojos humanos, parecían fuertes y poderosos. Nadie es más fuerte que Dios.


Entonces para ir concluyendo ¿Creemos que Dios es justo?


Esa justicia de Dios se manifiesta por su Carácter

porque Dios Cumple

y porque Dios Castiga


Dios le hizo lo mismo que Nínive hacía a sus enemigos (13-15) le dio el pago que merecía, ¿No nos suena a un principio espiritual que dice que todo lo que se siembra se cosecha?


El mensaje de Nahúm fue actual en sus días y lo es hoy para nosotras.


Dios hizo lo mismo por nosotras al librarnos del enemigo, aun cuando no éramos un pueblo justo, aun cuando éramos enemigas de Dios y no le buscábamos.


Cristo murió por nosotras aún sin merecerlo y gracias a Su justicia nos dio paz con Dios, nos rescató de las garras del maligno y sigue teniendo misericordia hoy.


Por eso es imperativo que anunciemos el evangelio de las buenas nuevas y clamar a Dios que los libre del Castigo ya preparado para este mundo.


Para terminar, quiero que miremos juntas Romanos 3:22-24:


“La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”


Gracias querido Salvador por hacer tu justicia perfecta en mi vida y en este mundo. Ten misericordia de nosotros como lo tuviste hacia tu pueblo. Amén.








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