Siempre me ha gustado la historia de Ana, la madre del profeta Samuel y cómo ella cumplió la promesa que le hizo al Señor cuando derramó su corazón delante de Él y sabemos que Dios respondió a su súplica.
Quiero enfatizar el COMPROMISO que ella tuvo con Dios y las CONSECUENCIAS que tuvo ese compromiso.
Nos enfocaremos principalmente en 1 Samuel capítulo 1 así que te invito a tener tu biblia a mano.
Ana demostró su Compromiso con Dios:
1) Soportando la crítica
El versículo 2 de 1 Samuel 1 nos dice que Ana no tenía hijos, recordemos que en la época en la que vivían el ser estéril era considerado como una falta de bendición de parte de Dios. En éxodo 23:26 leemos: “No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra, y yo completaré el número de tus días.”
No sabemos por qué no los tenía, pero sí sabemos que era la perfecta voluntad de Dios para ella en ese momento, porque el versículo 5 afirma: “…aunque Jehová no le había concedido tener hijos”.
Si tú te encuentras en medio de una situación como Ana que no la entiendes, recuerda, que, si eres hija de Dios, Él está en control de todo.
Imagina por un momento lo que Ana vivió constantemente por el hecho de no tener hijos, el versículo 6 dice que su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, eso hacía Penina, la mujer con la que probablemente convivía cada día.
Piensa en las miradas de pena o crítica que le lanzaban las demás personas sólo por el hecho de ser estéril, pero Ana mantuvo su compromiso con Dios porque creemos que lo amaba por sobre todas las cosas, nunca se ve a lo largo de este capítulo 1 de 1 Samuel, que ella reprochó a Dios por el hecho de no tener hijos, aún cuando esto le causaba dolor, ella conocía a Dios y lo amaba por eso no se lo reprochó.
No sólo recibió críticas de personas como Penina, sino también dentro del ámbito sacerdotal, es decir dentro de la propia iglesia como vemos en el versículo 13 y 14 cuando Elí era el sacerdote, creyó que estaba ebria.
Ana podría haber reaccionado mal a su crítica, pero no lo hizo. ¿Cuántas veces dentro del propio círculo de creyentes podemos recibir críticas por querer consagrarnos más a Dios, por querer comprometernos más con Su Palabra y la oración? ¿Os ha pasado eso alguna vez? Es triste, pero sucede hoy en día también dentro de las iglesias, personas que quieren vivir un cristianismo “light” y no quieren comprometerse con Dios al 100%
Estas personas pueden criticar a otras que sí quieren comprometerse con Dios, con la iglesia, con su Palabra, con la oración…etc.
Pero al igual que Ana, nosotras debemos seguir fieles a Dios, a pesar de las críticas de los demás, porque nuestro amor y compromiso con Dios debería ser superior a todo lo demás.
Vemos el compromiso de Ana también:
2) Cumpliendo sus votos
Ana estaba atribulada en su corazón, pero decidió seguir a Dios a pesar de todo, en esa angustia clamó a Dios e hizo voto en los versículos 10 y 11 que dicen: “ella con amargura de alma oró a Jehová y lloró abundantemente. E hizo voto diciendo: “Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.”
En esta oración vemos que ella fue a Dios en humildad de espíritu, no exigiendo nada a Dios sino rogándole que se acuerde de ella.
A veces nosotras cuando nos encontramos en medio de una situación difícil o que no nos gusta, actuamos con Dios como si Él debiera sacarnos de esa situación lo antes posible porque es lo que se supone que Dios hace, pero no vamos con actitud de humildad ante Él.
La oración de Ana fue específica porque pidió un hijo varón y dijo que lo dedicaría todos los días de su vida, pero también fue llena de humildad.
Piensa en un momento en este voto que ella hizo, recuerda que ella era criticada por no tener hijos, su rival la entristecía por ello, y Ana lloraba y no comía, ella veía los hijos de Penina que seguramente le daban gozo y alegría no solo a ella, sino también a su marido Elcana, ahora ella hace voto y en lugar de hacerlo egoístamente para tener un hijo para ella, Ana se lo iba a dedicar a Dios… ¿Por qué? Porque su compromiso y entrega a Dios sobrepasaban sus propios deseos, ella amaba a Dios y estaba tan comprometida con Él que no le importó “perder” un hijo entregándolo a Dios mismo.
¿Nosotras pedimos cosas sólo para nuestro propio deleite? “Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” Santiago 4:3
Ana pidió algo para el deleite del Señor, para que Dios le diera un hijo que pudiera servirlo a Él y no a ella como madre.
Vemos que Ana se comprometió con Dios al cumplir sus votos y no sólo al decirlos. Ella no dijo algo que luego no hizo.
¿Nosotras actuamos como Ana cumpliendo lo que ofrecemos a Dios? ¿Cuántas veces hemos dicho cosas como: ¿Este año voy a leer toda la Biblia, o voy a orar más, o voy a hablar de Dios a otras personas, o voy a involucrarme en la iglesia más, o voy a empezar a diezmar, o voy a estudiar la Palabra de Dios en serio, o voy a amar más a mi prójimo…? ¿Y no lo hemos hecho? Te animo a que recuerdes el voto de Ana y lo lleves a cabo con la ayuda de Dios.
La semana del 19 de septiembre continuaremos mirando a Ana y su amor por el Señor, espero que me acompañes y juntas podamos acercarnos un poquito más al corazón de esta bella mujer.
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